jueves, 28 de abril de 2011

Ora sí Sesión 1


-         ¿Cómo le va?
-         En lo que cabe, bien.
-         Bueno, ¿con qué se sentiría satisfecho al dejar esta sesión?
-         Con la idea clara de cómo enseñar historia y sentirme bien con ello.
-         ¿Qué es bien?
-         Útil. Reconfortado y motivado a seguir haciéndolo.
-         ¿Usted es maestro de historia?
-         Bueno, sí, pero realmente lo que enseño es historia de las ideas. Los romanos le tenían un nombre muy ambicioso. Le llamaban Magistra Vitae, es la historia como maestra de vida.
-         ¡Wow! ¡Eso suena motivante!
-         Bueno, sí, a mí me motiva, pero me encuentro con muchas dificultades…
-         ¿Cuáles?
-         La gente no está muy interesada hoy en la historia. Les parece rancio.
-         Y usted, ¿qué hace frente a eso?
-         Ugh, bueno, me paraliza… me frustra…. Me dan ganas de gritar…
-         Y si se permite gritar… ¿qué gritaría? ¿Qué diría su grito si pudiera hablar?
-         Uuuuu!!!! No sé…. Ááááá……….. ggggggggggg!!!!
-         Grito: ¿Para qué estás aquí?
-         ¿Cómo?
-         Sí…. Todo tiene una función. Permite e impide. Si el grito tuviera la cualidad de permitir algo, ¿qué sería lo que permite?
-         Bueno, OK…. Me alivia… me permite desahogarme… la frustración de sentirme incomprendido…
-         Y ¿qué impide el grito?
-         ¿Qué?
-         Imagine que es una llave que cierra, una válvula… cierra el paso al agua… ¿Cómo es esa agua que no puede pasar?
-         Ummmmm… si la dejara correr tal vez crearía una forma de enseñar nueva.
-         Y ¿cómo sería esa manera?
-         Propiciar mirar el proceso…. No sabemos cuándo empezamos como especie… pero somos un momento, un momento de un proceso. Lo fundamental es el hoy, el ahora, pero el ahora contiene la enseñanza del ayer. El ayer no se puede cambiar, pero nosotros sí…
-         Nosotros ¿qué?
-         Podemos cambiar.
-         Y ¿cómo le gustaría cambiar a los que reciban esas lecciones de Magistra Vitae?
-         Uuuuuuu. Vitalizarlos….
-         ¿Cómo?
-         Pongamos un caso, pero no sé si alcancemos a verlo hoy.
-         Bueno, usted quiere aclarar su idea dijo… habrá cosas que dejaremos para la próxima sesión, pero la cosa era aclarar la idea de cómo enseñar la historia como experiencia de vida.
-         Ok. Empecemos con la pre historia aunque no lo cubramos del todo hoy…
-         ¿Cómo enseña pre historia?
-         Bueno, la gente lo ve muy remoto, como muy atrás… Lo único que le queda claro es que ese hombre u homínido primitivo luchaba por sobrevivir, lo cual refuerza la idea de que estamos aquí solo para consumir…. Pues sin consumir no se sobrevive, obviamente…
-         La ¿Coca cola primitiva?
-         Sí. El ver al hombre primitivo como un mero sobreviviente refuerza la sociedad de consumo y nos resta sentido de vida.
-         Pero ¿usted no quiere sobrevivir?
-         Uuuuuu… me tocó. Bueno… no sé… como académico le enseñan a uno como meta que la universidad se haga cargo de uno… tener una cátedra en propiedad pero… bueno, sí, supongo que me falta también aprender a sobrevivir…
-         Y ¿cómo no sobrevive?
-         Uuuuu… ¡Wow! ¡No sé!!!! ¡Aggg!!!!
-         Sobrevive…. Imagine que la Magistra Vitae le enseña a sobrevivir… desde ese hombre primitivo que le habla.
-         Ok, veo el fuego…. La carne del bisonte asándose… los hombres se ponen de acuerdo sobre cómo cuidar el trasero del otro mejor ante las embestidas del diente de sable la próxima vez…
-         ¿Colaborar?
-         Sí… hay que colaborar para sobrevivir como especie…
-         Bueno… podemos seguir con esto la próxima vez si le parece… tal vez el hombre primitivo sea un “Magistro”… ¿así se diría? O ¿cómo?
-         Uuuu… no sé… ya no me veo como el académico que sabe… pero me voy con muchas ganas de enseñar Vida, Vitae… lo vital. ¡Gracias!
-         A usted, ¡maestro de vida!

1 comentario:

  1. Anónimo9/5/11 20:34

    Esta padre . . . . como manejas que el mismo se de cuenta de lo que le pasa y todo solo vas apoyandolo . . . Uppsss solo me deja publicar micomentario como anonimo . .

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