miércoles, 18 de mayo de 2011

Y tú: ¿Qué perdiste?

-         ¿Qué tal?
-         Mejor.
-         ¿Cómo definirías el objetivo para esta sesión?
-         Mmmmmm…  Terminar de aclarar el objetivo de la serie de sesiones de Coaching y avanzar algo más en la parte de la prehistoria
-         Y ¿cómo ves el objetivo de la serie?
-         Como decía, el aclararme sobre cómo enseñar historia y sentirme feliz con ello… sentir que soy ameno, útil. Quedar satisfecho con mi trabajo…
-          Y ¿cómo te vas a dar cuenta de si lo lograste?
-         Bueno… no sé… tendría que verme al dar clases y luego contarte aquí.
-         Perfecto, quedamos en eso. Esa va ser una tarea entonces. Darse cuenta al dar las clases y hacer un reporte para que lo veamos aquí.  ¿Está bien?
-         Sí.
-         Y ¿qué va a contener ese reporte?
-         Una descripción de cómo me siento al hacer mi trabajo…
-         Y cómo sobrevives…
-         ¿Qué?
-         Es broma. La vez pasada hablamos sobre el hombre primitivo que colaboraba para sobrevivir.  ¿Qué más nos enseña ese homínido que huía del diente de sable que le quería comer el trasero?
-         Bueno hay un tema que me parece apasionante… pero no sé cómo actualizarlo a nuestra época.
-         ¿Qué tema?
-         Pues es hasta difícil explicarlo… Erich Fromm, el del Arte de Amar, decía que teníamos una sensación de haber perdido algo a través del tiempo y que lo queríamos recuperar… un poco como el paraíso perdido… pero ahora enfrentado de otro modo, sin quedarse simplemente con la palabra de la Biblia… sino cuestionarla… preguntarse si hay algo ahí…
-         Y ¿hay algo ahí?
-         Honestamente, no sé…   Tal vez tenía razón ese otro sabio, anterior a Fromm, Sigmund Freud.
-         El viejo Freud…
-         Sí, él decía que era simplemente el niño que había crecido y echaba de menos ese algo del hogar que compartió alguna vez con los papás…
-         Melancolía de la infancia…
-         Pero Fromm afirmaba que había algo más…
-         ¿Qué?
-         El momento histórico cuando inicia la agricultura. Al empezar a acumular los granos perdimos la frescura del cazador…
-         Y tú, ¿cómo pierdes la frescura?
-         ¡Uffffff!!!!!! No sé…. Lo que sí, aunque suene a cliché… o a razonamiento de telenovela… me identifico con la frase de esa canción que cantaba Julio Iglesias… hace uuuuuuuuuuuuuu…. En fin… y me refiero al padre… ¿eh? Julio… Bueno, decía algo así como…. De tanto cantar…. Y andar…. Me olvidé de vi-vi-rrrrrrrrrrrr
-         Ummmmm
-         …..mmmmmmmmmmmmm….
-         Bueno, quedémonos un momento con esa sensación….
-         ….mmmmm….
-         ¿Qué sientes?
-         Soledad…  creo que el homus modernus está muy solo…
-         Y ¿solo de qué?
-         ….mmmm…. de todo… pero…. Lo que recuerdo es lo que decía Fromm de que nos alejamos de la naturaleza… Ya no somos uno con ella…
-         Y ¿el hombre primitivo lo era…?
-         Bueno, al parecer la civilización con su racionalidad y acumulación, la previsión del futuro… nos alejó de la naturaleza y sus ciclos… del vivir el presente. El cazador tenía que comer su presa hoy. No había refrigeradores…
-         ¿Y qué es lo que no comes hoy?
-         ….. ¿qué?
-         Bueno, esa sería la otra tarea… pero esta para ahora ya, obsérvate durante la semana para ver si pierdes oportunidades de relacionarte con tu presa como uno…  ¿Te parece?
-         Sí.
-         Buena caza.
-         Gracias.

4 comentarios:

  1. Ya te extrañaba!!! Sigue siendo tan disfrutable el leerte como la primera vez, ¡¡¡BIENVENIDO!!!

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  2. Hola!
    Vengo de Invitada de la tuya consorte, ya es la 2da vez que te leo pero no me habia atrevido a comentar. Tus textos son muy interesantes y te dejan la inquietud de razonar, actividad no muy comunmente practicada!

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  3. Hola Carmen y gracias!!! me estimula lo que me cuentas.
    que estés súper bien,
    Jan

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  4. Mi querido Jan, no sabes el gusto que es para mi leerte y especialmente en este tema "Y tú que perdiste" porque es algo que ahora me hace figura, 1.- Por mi proceso personal, 2.- por el diplomado de Coaching Tanatologico, el cual por cierto me esta enseñando que cada perdida conlleva ganancias, como yo en Coyoacan, que de alguna forma perdi pero que en Condesa me esta siendo resarcido de una manera maravillosa, lo unico que lamento es la lejania con algunas personas del grupo que se volvieron entrañables (y extrañables) en mi viaje.
    Te dejo un abrazo y espero leerte de nuevo,¡me emociona! Ma. Carmen Martinez

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